miércoles, 18 de abril de 2007

Soledad...


Quizás es el "estado" más buscado por aquél que esté rodeado de: "hijos chicos", "nietos revoltosos", "maridos aislados y preocupados por mirar el fútbol únicamente", o por "esposa gritona, desconforme", "perro que ladra, gato que se escapa", "suegra metiche", trabajo, Jefe, mal compañero, etc, etc, etc.


¿Quén no querría una hora de soledad en los casos antes mencionados?


¿Quién no querría durante esa hora pasear mirando el mar, para pensar...que muchas veces no nos hacemos este tiempo...en soledad...con uno mismo?


Yo creo que todos nos debemos dar un tiempo de 15 minutos, media hora o el tiempo que dispongámos, para respirar profundo y aflojar tensiones.

Porque puede pasar que el maremágnum cotidiano nos arrastre tanto, tanto que lleguemos a estar rodeados de gente, ruido, trabajo y...sentir soledad.

Es bueno ser selectivo en la medida de lo posible. A veces tenemos a nuestro lado gente que no merece nuestro esfuerzo, o quizás egoísta que nos afecte emocionalmente. La receta es ignorar y seguir nuestro camino.

Es necesario estar alertas para darnos cuenta de que la vida siempre nos brinda una puesta de sol, la sonrisa de un amigo, un momento de reflexión con nosotros mismos, de ayudar, de leer un buen libro y miles de oportunidades que por estar absortos dejamos pasar o no "vemos".
Si estamos alertas vamos a ver estas señales de la vida necesarias para evadir "la soledad" no buscada.
Esto hay que verlo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias, a veces leer comentarios así nos hace bien, justamente para parar, respirar profundo y seguir. Que fue lo que hice, y realmente:¡resultó!

Anónimo dijo...

Creo que, más que soledad, es estar en comunión, en armonía con uno mismo.

Gracias.