jueves, 3 de mayo de 2007

TRAS LOS PASOS DE CORTÁZAR. UN DOCUMENTAL QUE SE ESTRENARÁ EN MAYO EN EL MALBA

FILMADO POR UN ARGENTINO, RECONSTRUYE EL SINGULAR VIAJE QUE EL ESCRITOR Y SU TERCERA MUJER HICIERON POR LA AUTOPISTA PARÍS - MARSELLA.

A quién sino a Cortázar podria habérsele ocurrido cambiar la función de una autopista: de cinta asfáltica de paso, de medio para llegar a alguna parte, en lugar de permanente detención, en objeto de investigación minuciosa, de viaje eterno. Y quién sino él podría haber imaginado crear una autopista paralela, donde la velocidad de los vehículos, pero también y principalmente de la vida, cayera derrotada por una morosidad voluntaria, que se regodeara con lo que pasa en los paraderos, en los campings, en los moteles de la ruta, en las cabinas oscurecidas de los camiones estacionados. Bestias literarias, Cortázar y su tercera mujer, la canadiense Carol Dunlop, escribieron Los autonautas de la cosmopista, con lo que vieron y les pasó en esos 33 días del bochornoso verano de 1982, en su recorrido de 800 kilómetros de la autopista París-Marsella (en ese sentido). A razón de dos paradores por día, el diario de bitácora suena tan estrafalario como que entre salir de un paradero y llegar al siguiente demoraban cinco, diez minutos. Y vuelta a detenerse. Y también estrafalarias suenan las reglas autoimpuestas por los dos viajeros: no salir nunca de la autopista, explorar cada uno de los paraderos, pasando siempre la noche en el segundo, efectuar relevamientos científicos de cada uno de ellos y, como los grandes exploradores, escribir un libro de la expedición. Leer completo.
Revista "Viva" del diario "Clarín".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es Cortázar...hay que leerlo.

Raúl Avila dijo...

Solo con estos datos dan ganas de entrarle. Además comparto con Sonia que hay que leerlo por el solo hecho de ser Cortázar

Anónimo dijo...

Lo acabo de leer, espectacular. Cortázar tiene eso de ver lo que nadie ve. De imaginar lo que nadie imagina. Realmente nos muestra un mundo y una carretera jaja, distinta. Cuando haga carretera, ya nunca más la voy a ver como la veía.