El impacto de lo altamente improbable.

No es que nos tengamos que obligar a tener una mentalidad optimista, es que en la mayoría de las veces nos dejamos guiar por la realidad... y ésta puede ser buena o mala, cómo en todo ¿no?

Pero, ¿Cómo modelamos nuestra realidad, en la cual basaremos nuestros siguientes pasos?

Básicamente, por lo que vemos, oímos y... sentimos.

Por las palabras tuyas por ejemplo, que sos mi querido amigo.

¿Pero donde encaja en todo esto mi sueño, que es lo opuesto a mi realidad?

Para empezar, y sin bajar los brazos para lograr lo contrario, por ahora pienso que la realidad me demuestra que es un hecho improbable.

Y sus consecuencias son importantes. Querer y no tener.

Pero ¿Y el azar? o ¿la suerte? o ¿el destino?

Y es aquí dónde debemos "encajar" lo imprevisible en nuestro modelo perfecto.

Y ahí sí juego.

Porque yo quiero creer que lo improbable se puede dar... en cualquier momento, cuando tú quieras.

No quiero encasillarme en que somos incapaces de estimar realmente las oportunidades, o que somos demasiado vulnerables al impulso de simplificar, de no creer y de categorizar, y no lo bastante abierta a recompensar a quienes saben imaginar lo... ¿imposible?

Y ahí sí caería el paradigma junto con la venda de mis ojos, de que lo altamente improbable puede, si consideramos el destino o el azar, llegar a ser... probable.

Que así sea.