
Ella no podía creer la pesadilla que comenzó a vivir días atrás cuando a las 11 de la noche cayó la policía a buscarla.
Tanto su madre como su hija Isabelita se asustaron y lloraban ante la presencia de la policía.
Ella salió de su casa sin esposas para no impresionar a sus familiares, llevaba una cola de caballo y lentes oscuros.
Hoy salió en libertad luego de pagar una fianza de 90.000 euros.
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