¡Cuánto tiempo! y aún recuerdo sus cartas/mails... escuetos si, pero de él...
Recuerdo sus ojos claros como el cielo y... risueños. Recuerdo hoy, lo que quería entonces y no pudo ser.
Esclava de mi debilidad por él... hoy me cuestiono... ¿Por qué todos mis pensamientos vuelven siempre a él? ¿Qué poder impresionante ha ejercido sobre mi? ¿De dónde salió? ¿Por qué permití que se cruzara en mi camino?
Quiero... pero no puedo hacer nada. No puedo dejar de escuchar esa voz dentro de mi que me dice que tengo que dejarlo ir... que ya no puede pertenecer a mis sueños... que tengo que cortar la cadena que me une a sus ojos, esos ojos celestes que ríen siempre, siempre en mi memoria. Que ya tengo otro sueño que no es él y que soy feliz. Quiero... pero no puedo hacer nada.
Quizás aún, luego de tanto tiempo... no sea el momento de olvidar y dejar de sentir ese vértigo que me significa darle forma a él, en mi pensamiento y en mi corazón.
No.