
Toda la mañana trabajando en el galpón del fondo. Finalmente Roberto con un último martillazo dio por terminada su tarea. Pero al volverse para entrar a la casa, no vio que ese último clavo, aunque firme, había quedado clavado solamente hasta la mitad…y por eso no imaginó las consecuencias…
Bueno, pero muy bueno!!!!
ResponderBorrarmuy bueno, me encantó
ResponderBorrarEl maltrato existe también en la ciudad. Y no solo a un gombre de campo y analfabeto. Hizo bien en rebelarse, aunque haya tenido ese accidente. que injusto!
ResponderBorrarexcelente!! me impresionó.
ResponderBorrarSí, señor, ese obrero acabando su trabajo como Dios y el Rey mandan, jajaja.
ResponderBorrarMuy buen relato sobre la dignidad humana, aunque sangriento, eso sí. :P
Besos